Las creencias de toda en nuestra sociedad, van forjadas en un porcentaje importante por nuestras familias y yo no soy la diferencia a la regla de ello. Estuve 12 años estudiando en un colegio católico donde los domingos debías ir a misa. Mis padres lo hacían y participaban, llevándome con ellos a la celebración de la eucaristía.
Cuando era mayor comencé con la participación en ENE, EJE, JUVENCOR, todos grupos pertenecientes a la Iglesia Católica. Lo pasé muy bien, conocí personas, tuve experiencias que marcaron el amor con mi familia y con mis amigos.
Por otra parte mi vida ha estado marcada transversalmente por la Iglesia Metodista Pentecostal, la querida Catedral. Fui presentado al Señor antes de tener un año de vida. Recuerdo que mi madre me llevaba a las reuniones del Domingo por la tarde, donde muy orgulloso veía como mi tío en el balcón tomaba su guitarra y dirigía un tremendo Coro de cuerdas, vientos y voces que con su armonía lograban que sintiéramos ese gozo de la presencia de Dios. Los recuerdos también alcanzan a las escuelas dominicales con los niños gritando la palabra de Dios al pastor…